Reserva natural de Diaccia Botrona

El compromiso activista de aumentar la biodiversidad en Diaccia Bortona

Al conocer la noticia de la inminente venta a particulares de la Reserva Natural de Diaccia Botrona, zona protegida de la provincia de Grosseto (Italia) y lugar de interés común, la Fondazione Capellino intervino para evitar una posible amenaza al hábitat y encontrar una solución compartida que contemple un aumento concreto de la biodiversidad en la zona.

 

¿Qué pasó?

 

En una subasta pública convocada por la provincia de Grosseto (Italia), se adjudicaron a un particular 950 hectáreas de terreno en el municipio de Grosseto, en la zona del Padule Aperto, parcialmente incluidas en la Reserva Natural de Diaccia Botrona.

La Fondazione Capellino, en sinergia con las asociaciones ecologistas locales WWF y GOM, participó en una petición para que la Reserva Natural de Diaccia Botrona siguiera siendo pública. En pocas semanas, la petición alcanzó más de 55 000 firmas.

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¿Qué hicimos entonces?

 

A raíz de este resultado, la Fondazione Capellino envió una carta abierta solicitando a las instituciones la suspensión de la venta durante 90 días, con la intención de proponer un proyecto -presentado ya en ese momento al Presidente de la Provincia- destinado a proteger y aumentar la biodiversidad de la zona.

Sin embargo, tras darse cuenta de que era imposible que la Provincia revocara la de venta, se identificó una vía alternativa, basada en la mediación entre las partes, que permitiera alcanzar de la misma manera el objetivo de protección del hábitat y el aumento de la biodiversidad.

Lo que hemos conseguido

 

Gracias al compromiso de la Fundación, los terrenos de la Reserva Natural de Diaccia Botrona (215 hectáreas sujetas a venta) se cedieron a la propia reserva por 90 años. La Provincia de Grosseto se ha comprometido además a recomprar esta zona para que la propiedad siga siendo definitivamente pública.

Además, gracias a la intervención y a los recursos puestos a disposición por la Fondazione Capellino, la parte compradora cedió a la Provincia otras 150 hectáreas por 50 años, que se transformarán en praderas húmedas al servicio de la biodiversidad de la reserva natural.
En la parte restante de las marismas abiertas, las partes privadas (a las que hay que reconocer flexibilidad económica y sensibilidad medioambiental) se comprometieron a iniciar una transición hacia la agricultura biológica, manteniendo el cultivo de cereales indispensable para las grandes aves migratorias.

La Provincia, por su parte, ha iniciado gestiones con la Región para ampliar la normativa de protección de la reserva natural a toda la zona agrícola del Padule Aperto.

La biodiversidad, que hasta hace 15 meses estaba amenazada, puede decirse ahora que no sólo está salvaguardada, sino que experimenta un progreso tangible en toda la zona.

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